Mala Manera
Mala manera es un libro que retumba, que vibra, a través de los hierros retorcidos que salen
a través de los ladrillos y viejos bloques salpicados de pintura y alquitrán solidificado bajo el
sol ardiente.
Francesco Medda (Arrogalla), Lelle Pittoni y Francesco Bachis describen y narran a su
manera el paisaje suburbano no acabado del sur de Cerdeña, en donde México y Maghreb
se unen contínuamente en una fusión explosiva al ritmo del reggae dub y cumbia
sudamericana.
Malasorti es un trío que usa el dub, el jazz y el “no acabado” como lenguaje y que adora
curiosear entre las poesías sardas, tropicales y mediterráneas.
Nació del compositor y dub master, Francesco Medda “Arrogalla”, del cantante y escritor,
Emanuele Pittoni y del trompetista y antropólogo, Francesco Bachis, quienes formaban ya
parte del grupo musical sardo, Ratapignata.
S'Ardicity
Las nuevas expresiones de la música popular nacen en los suburbios urbanos y en los
aglomerados suburbanos. Cuando se habla de Música Popular del 2000 no se puede hacer
caso omiso a este hecho y no se puede olvidar jamás que la música popular debe ser una
expresión de los tiempos y del mundo (world music). A decir verdad, el fenómeno parte
desde muy lejos y de las profundas mutaciones sociales protagonistas de la seguna mitad
del siglo pasado. Los cantos de protesta y de malestar social seguramente han contribuido
masivamente a la formación de nuevas tendencias en la música. Es lo que desde hace
varios años está sucediendo con las nuevas inspiraciones, urbanas y metropolitanas,
provenientes desde el otro lado del océano siempre en la búsqueda de nueva y vieja
energía vital para regenerarse y alimentarse.
El Hip-hop, el dub, el drum’n bass y la música electrónica (por mencionar sólo algunos de
los estilos del nuevo milenio) son influencias que, inevitablemente (y aforturnadamente), en
un contexto global, determinan el nacimiento de nuevos estilos y de nuevas tendencias en
todos los ámbitos. De este modo nace la inspiración de S’ArdCity del “colectivo” Malasorti.
Una mezcla explosiva de ritmos y sonidos fuertemente inspirados en los sonidos de la
electrónica, por una parte, y del variadísimo y riquísimo universo latinoamericano, por otra.
Todo esto, uniformado por el uso del idioma (sardo del campidano y del sur) y de la
estilística típica del paisaje suburbano del sur de Cerdeña, en donde México y Magreb se
unen contínuamente en un unicum denso y completamente original. Aquí se encuentra,
entonces, junto con el uso del idioma, el florecimiento de ese “estilo arquitectónico”, el “no
acabado”, que caracteriza todas estas realidades; desde Quartu Sant’Elena a Ciudad del
México, pasando por Túnez.